Ruta Hoya del Pino-Hoya de Jaranita-Centro Ambiental El Creal-Camino de El Salvador-Tigaday

 




Hoya del Pino-El Creal

Esta ruta parte de la zona recreativa Hoya del Pino en dirección a la Hoya de Jananita o Jaranita (la imagen del letrero no se corresponde con el inicio de la ruta) y concluye bajando por el camino de San Salvador hacia el poblamiento de Tigaday. Su longitud es de unos 7km, que discurren por la parte alta del gran muro que es la cicatriz del deslizamiento gigante del Golfo. Las condiciones climáticas y orográficas de esta zona situada en el barlovento de la isla, permite pasear no solo entre fayal-brezal, sino en una laurisilva más diversa. En su primer tramo asciende hasta el lajial al este del volcán Tanganasoga, donde la ruta alcanza su máxima altitud con unos 1.200msnm. A partir de este punto, la altitud descenderá paulatinamente hasta que finalmente se abandone el entorno predominado por Erica arborea en favor de un entorno más antropizado similar al bosque termofilo, con algún drago, tagasastes, granadillos y tabaibas, pero sobre todo con una mayor influencia de la acción atrópica. La ruta se cruza en su curso además con el Centro Ambiental El Creal, donde se pueden observar gran variedad de especies y sobre el que se hablará también en esta entrada.

Diferencia cromática en ejemplares distintos de Canarina canariensis
Nada más comenzar ya encontramos una de las especies vegetales más emblemáticas de las Islas Canarias: el bicácaro o bicacarera, que recibe el nombre científico de Canarina canariensis. Se trata de una hierba trepadora, con un tallo que se renueva anualmente, hojas dispuestas de forma opuesta y con una característica flor solitaria, axilar (que nace de la unión del tallo y la hoja) y campaniforme, que se puede encontrar desde tonos anaranjados claros hasta rojos intensos. Los ejemplares observados estaban muy dispersos, presentando flores naranjas en el principio y rojo hacia la mitad y el final de la ruta. Se trata de un endemismo canario que se puede encontrar en las islas occidentales y Gran Canaria. En El Hierro se puede encontrar tanto en Frontera como en la zona de Las Playas (Bramwell y Bramwell, 2001). Es característica de la laurisilva donde se considera un buen indicador del estado de conservación, pero prefiere los espacios donde llega algo de luz a los completamente cerrados (Fernández Palacios, 2009).

A pesar de que esta es una especie endémica de Canarias, no lo es su género, pues se pueden encontrar otras dos especies del mismo en la fachada este de África. Esto posiciona al género como un posible ejemplo de vicarianza climática asociado a la Rand Flora, quedando las especies separadas entre una costa y otra del continente a causa de la aridificación de África que tuvo como resultado la aparición del Sahara (Mairal Pisa, 2015).


El porte herbáceo está dominado por distintas especies de pteridofitos que tapizan el suelo casi por completo. En función de la información obtenida del Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias, se considera que las principales especies observadas deben de ser Pteridium aquilinum, Dryopteris oligodonta y Paragymnopteris marantae, siendo todas consideradas nativas, pero no endémicas. Otras especies notables son Galium aparine y Urtica morifolia. Ambas se consideran nativas pero ninguna endémica, aunque existe una especie muy similar al ortigón que sí es endémica (U. stachyoides), se considera que la especie observada es probablemente la nombrada en primer lugar, a pesar de que su distinción sin las inflorescencias (más largas que la hoja en las endémicas, según David y Zoë Bramwell) se vuelve complicada. Otra especie muy interesante es algaritofe (Cedronella canariensis), que no se encontraba en flor pero que destaca por su tallo rectangular que puede alcanzar los 150cm de largo y sus hojas de bordes cerradas. A esta planta se le atribuyen cualidades medicinales y en El Hierro recibe también el nombre de “mato de cumbre”. El horjal (Pericallis murrayi, endémico de El Hierro) y la morgallana (Ranunculus cortusifolius, endémica de la macaronesia), que son especies con una morfología muy similar por sus hojas y sus tallos, están presentes de manera esporádica en este inicio de ruta aunque en menor medida que en otros recorridos realizados. También cabe destacar la presencia esporádica -pero a veces en formaciones densas- de Myosotis latifolia, una planta perenne de hojas ovadas y flores generalmente azules, aunque pueden aparecer de color rosado (en esta caso eran siempre azules). Por último para este estrato, podemos señalar la presencia de Aichryson laxum, conocido popularmente como oreja de ratón. Presenta hojas carnosas, subarroseteadas y muy velludas que al crecer desarrollan ramificación dicotómica (Bramwell y Bramwell, 2001).

Desde la esquina superior izquierda: pteridofitos cubriendo el suelo, detalle de un fronde y sus pinnas, Aichryson laxum, Ranunculus cortusifolius y Urtica morifolia.

Ejemplar pequeño de
S. hierrensis.

En el estrato subarbustivo (o incluso abrustivo) destaca a sobre manera una especie endémica de El Hierro, La Gomera y La Palma que no ha sido difícil de ver en las rutas realizadas: El cerrajón herreño (Sonchus hierrensis). Esta especie puede superar el metro de altura y se caracteriza por su capacidad para desarrollar una densa ramificación y por sus grandes flores amarillas. Se puede encontrar en prácticamente toda la isla hasta los 1000m de altitud (Bramwell y Bramwell, 2001).

Detalle de Morella faya.

Entre los arbustos-árboles encontraremos principalmente Morella faya (también visto como Myrica faya) y Erica canariensis (también visto como Erica arborea) a lo largo de prácticamente todo el sendero y con gran variedad de portes, desde el herbáceo de sus brotes, hasta poder superar en algunos casos los 10m. En principio ninguna de estas especies es endémica de Canarias, pero sí son nativas. El nombre común de la primera es faya, aunque en El Hierro recibe también el nombre de haya. Sus hojas perennes son por lo general oblanceoladas (el final es más ancho que el inicio) alcanzando entre 4 y 12 cm de largo, pero en islas como El Hierro también podemos encontrar la especie Myrica rivas-martinezii que presenta hojas más espatuladas (Bramwell y Bramwell, 2001). En cualquier caso, se caracteriza por sus frutos similares a moras que se denominan creces y que en el pasado fueron empleados en El Hierro para la elaboración de gofio según la web Especies Vegetales En Canarias.

A. barbujana.

El nombre vernáculo de la segunda es brezo y se caracteriza por sus hojas perennes, verticiladas y lineares de unos 5mm que recuerdan a las del tejo. Entre invierno y primavera presenta además pequeñas flores blanquecinas que se disponen en forma de tirso (Bramwell y Bramwell, 2001).


Otra especie destacable en este estrato para la primera parte del trayecto es el barbusano (Apollonias barbujana). Aunque esta especie puede alcanzar los 25 metros de altura, las avistadas no debían superar los 2m de altura, pues se trataba de ejemplares jóvenes, como indicaban las hojas rojizas que se encontraban en crecimiento. A parte de sus hojas verdes oscuras pero brillantes, una de las formas más fáciles de identificarlas es encontrando las agallas que suelen tener en las mismas. En esta ocasión los ejemplares no presentaban esta condición que es ocasionada por un ácaro según ArbolApp, probablemente Aceria barbujanae o Eriophyes barbujanae (Carmona, 1988).


Llegando al final de este primer tramo nos encontraremos rodeados de pinar, pero en este caso se trata de Pinus radiata, conocido popularmente como pino de Monterrey, por lo que evidentemente se trata de una especie exótica (no invasora en este caso). Esta especie de pino puede alcanzar los 40m de altura aunque no suele sobrepasar los 25. Esta especie se comenzó a plantar en las Islas Canarias desde el siglo XX, en este caso concreto, debió ser después de los años 50, ya que las ortofotos históricas de GRAFCAN muestran vacíos en esa decada sobre una de las poblaciones de las que tenemos datos.

Comparación de la ubicación de los ejemplares de P. radiata de la tercera imagen en los años 50 (izquierda) y el 2021 (centro).

La hoya de Jaranita coincide con la colada del Tanganasoga, un voluminoso volcán, que es aparentemente el único que ha vertido lavas dentro de la cicatriz de El Golfo en el holoceno. La actividad de este volcán, que resultó muy explosivo por su naturaleza freatomagmática, debe remontarse a hace unos 7000 años según la prueba del carbono catorce (Carracedo, 2008). Esta colada lávica, o “lajial”, como dicen en El Hierro es un lugar interesante, porque nos muestra los primeros colonizadores de los materiales más jóvenes de las islas.


Allium canariense (ajo de bruja) es una de esas especies que han prosperado en este espacio complicado para la vida vegetal. Son plantas muy pequeñas, con apenas más de 10 centímetros de altura y que destacan por sus números flores blancas. Podría tratarse además de la subespecie canariense, en cualquier caso sería endémica de Canarias. No se descarta tampoco que sea en su lugar Allium subhirsutum, una especie muy similar pero no endémica. Otra de las especies que podemos encontrar son las beas doradas (Aeonium aureum, antes llamadas también Greenovia aurea), que tienen sus hojas carnosas dispuestas en forma de roseta con forma cuneiforme (en forma de cuña) o espatulada y son endémicas de Canarias. Es muy similar a A. diplocyclum, pero esta presentaría hojas cicliadas (con pequeños pelos en los bordes, como A. hierrense) y con una hendidura en la punta (Bramwell y Bramwell, 2001). Su epíteto específico debe responder al color dorado de sus flores, aunque los ejemplares encontrados en esta zona eran muy pequeños y no presentaban inflorescencias. También se pudieron observar ejemplos de Aichryson laxum de apenas unos centímetros de altura, muy poco desarrollados. Por último encontraríamos algunos pteridofitos que aprovecharían pequeñas cavidades para crecer. Destaca Polypodium macaronesicum (tal vez Polypodium macaronesicum subsp. macaronesicum), una especie de helecho endémica de la macaronesia con frondes verde brillante que pueden superar los 15cm de largo. Las pinas por su parte tienen bordes algo cerrados y suelen medir entre 5 y 7cm. También ha sido posible observar algunos flondes que se asemejan mucho al endemismo macaronésico Asplenium aureum (doradilla medicinal), por sus pinas redondeadas. Sin ser el estrato herbáceo, la única especie voluminosa que se aproxima a ocupar el lajial en esta zona es el brezo (Erica canariensis), que lo rodea por todos sus flancos y también ocupa en modo de ejemplares aislados la parte interior.

Desde la esquina superior izquierda: Brezos ocupando la colada, Aeonium aureum, Allium canariense/subhirsutumAichryson laxum y Polypodium macaronesicum con algunos frondes de Asplenium aureum a su derecha.

Pero los protagonistas de esta colonización son sin duda los líquenes (reino fungi) y los mugos (briófitos). En este lajial predomina una especie de musgo que podría ser del género Bryum o Racomitrium, pero su identificación exacta es bastante compleja. En definitiva, es un musgo verdoso con matices marrones y suave al tacto. Va acompañado de líquenes que una vez más son de difícil identificación pero que podrían pertenecer al género Physcia. En este caso el color es blanquecino y tienen un carácter más rígido.

Especie de liquen a la izquierda y musgo a la derecha. 

Este tipo de vida también se puede encontrar en forma de epífitos, ocupando las ramas y troncos de especies vegetales de mayor porte como pueden ser Erica arborea o Pinus radiata. Aunque hay gran variedad de líquenes con formas y colores distintas, son destacables las especies: Ramalia canariensis y Usnea articulata (aunque existe la especie Usnea boomiana, que no es endémica pero en el archipiélago solo se encuentra en El Hierro, parece estar localizada en un punto muy concreto, por lo que se ha descartado). Igualmente, estas identificaciones no deben tomarse como exactas.

R. canariensis a la izquierda y U. articulata a la derecha.

Llegados a este punto, la ruta vuelve sobre nuestros pasos hasta encontrar un desvío que nos coloque en dirección hacia El Creal. Durante este tramo se documentó la presencia de Marrubium vulgare (menta), Sonchus oleraceus (cerrajilla común, de conejo o simplemente lechuguilla), Galium scabrumRumex bucephalophorus, Rumex maderensis (hierba perenne endémica de la macaronesia), Morchella elata (especie del reino fungi), Carduus clavulatus (cardo de monteverde, endemismo canario) e incluso es posible haber avistado la endémica herreña Argyranthemum hiérrense, aunque la distinción entre especies de este género es harto compleja. Además, sus inflorescencias capituladas no se encontraban en las mejores condiciones, y aunque eran varios ejemplares, se concentraban todos en un mismo punto. También se encontró una especie del género Micromeria que bien podría ser M. hyssopifolia, muy común en la isla según David y Zoë Bramwell, o podría tratarse del endemismo M. hierrensis, o simplemente de M. varia.

Desde la izquierda: Argyranthemum hierrense., R. maderensis, Morchella elata y C. clavulatus.

En cuanto a árboles encontramos especies estrechamente vinculadas al monteverde. El viñatigo (Persea indica) es una laurácea que presenta hojas sin glándulas de color verde apagado que pueden ser rojizos en la madurez, por lo que el color es un elemento considerado frecuentemente para su identificación. Produce pequeños frutos verdes que se vuelven de color oscuro al madurar, aunque los frutos de este tipo de árboles son similares entre sí. Aunque es un árbol que alcanza los 20m de altura, los observados eran jóvenes y difícilmente sobrepasarían los 5 metros. También se avistaron diversos ejemplares de Ilex canariensis (generalmente llamado acebiño. También “cariasco” en El Hierro), que son árboles de hasta 10m y hojas ovadas que pudieran tener ocasionalmente pequeñas espinas, además de frutos muy pequeños y flores blanquecinas. Destacamos en último lugar el madroño canario (Arbutus canariensis), que se diferencia claramente por la tonalidad rojiza de su tronco y por sus bayas que se asemejan a pequeñas mandarinas de unos 3 centímetros, aunque en este caso aún no las habían desarrollado (Bramwell y Bramwell, 2001). Las dos primeras son endémicas de la Macaronesia y esta última es endémica de Canarias.

Desde la izquierda: P. indica, I. canariensis, A. canariensis.

Centro Ambiental El Creal

El camino llega por fin al Centro Ambiental El Creal, que es el antiguo vivero forestal, centrándose ahora no solo en preservar la flora, sino la fauna y las tradiciones del monte herreño. Aquí se producen plantas destinadas principalmente a repoblaciones, por lo que son esenciales después de los incendios. Aunque el monte público está en relativo buen estado a excepción de la presencia de Pinus radiata (especie vista en esta y otras rutas) que deben ser sustituidos bien por pino canario o por las especies que toquen en el emplazamiento en cuestión. El verdadero problema de la gestión forestal de la isla reside en las propiedades privadas que ocupan el monte, aunque poco a poco también se hacen mejoras en este ámbito.


El acceso a las plantas es libre, es decir, no se sacan simplemente para repoblaciones, sino que los particulares pueden acudir a solicitar las especies vegetales que consideren de forma gratuita. Este mismo servicio es ofrecido para instituciones públicas y colegios. De hecho, para estos últimos se organizan también jornadas de educación ambiental, que están disponible también para turistas interesados.


Uno de los trabajos más interesantes que realiza el personal de este Centro Ambiental son los protocolos de germinación de semillas, ensayando sobre todo con especies amenazadas y vulnerables que son las que más interés tienen en este sentido. Según nos cuentan los encargados del centro, uno de los problemas de la isla es que tienen una extensión verde muy amplia pero de especies muy comunes, las raras –que son las que interesan para la conservación- están en zonas inaccesibles por la presión ganadera. Destacan la recolección de semillas de una especie de hierba mora de la que solo conocían dos ejemplares, Cistus asper y Cistus ombriosus. Señalan que a veces mientras recogen semillas las cabras silvestres se van comiendo la planta, poniendo de manifiesto el problema que supone para la vegetación endémica la presencia de estos animales asilvestrados.

Bencomia sphaerocarpa

Para proteger la flora endémica en peligro se ha creado un programa de conservación, que se centra en seis especies según el Gobierno de Canarias: Bencomia sphaerocarpa, Myrica rivas-martinezii (endémica de El hierro, La Gomera y La Palma), Adenocarpus ombriosus, Cheirolophus duranii, Sonchus gandogeri, Limonium brassicifolium var. macropterum (endémica exclusiva de El Hierro) y Argyranthemum wentenii (sin datos). Padrón Medero (2022) por su parte señala la existencia de tres planes orientados a la protección de Bencomia sphaerocarpa, Cheirolophus duranii y Silene Sabinosae.

El personal tuvo a bien hacernos un tour por sus instalaciones. Tiene zonas de invernadero con mallas negras que llaman “de umbráculo” para que –sobre todo- los brotes de especies de la laurisilva puedan prosperar, terrarios al aire libre para cuando estas especies superan el periodo de umbráculo o para aquellas que no lo necesiten, e incluso están elaborando un jardín botánico, aunque por la localización del centro las condiciones climáticas son difíciles para las especies del piso basal, sobre todo por las temperaturas.



Camino de San Salvador

Abandonamos el vivero para pasar a un paisaje más abierto hacia el camino de San Salvador, con vistas al golfo sin que la vegetación las interrumpa, observándose a ras de suelo Rumex bucephalophorus, una especie que se eleva muy pocos centímetros del suelo y caracterizada por su color rojizo. Pronto volveremos a estar rodeados de especies más altas que nosotros, con una gran predominancia de Erica arborea. En este caso, los brezos se irán volviendo más rectos y con menos densidad folial, mientras a sus pies el suelo queda tapizado completamente por el endemismo herreño Pericallis murrayi, caracterizado por sus inflorescencias blancas estructuradas en corimbos con 30 o 40 capítulos (Bramwell y Bramwell, 2001). También en el porte herbáceo encontramos Morella faya en un estadío prematuro y Sonchus hierrenis, que se concentra en el borde del camino y a veces se muestra incluso como epífito sobre troncos de brezo.

Desde la esquina superior izquierda: vistas de El Golfo, R. bucephalophorus, S. hierrensis, P. murrayi.

Pronto la vegetación se volverá más frondosa y cerrada, en parte gracias a la presencia de Ilex canariensis, que se delata por la gran cantidad de frutos de color rojo que recubren el suelo. Esta penumbra también facilita la aparición de pteridofitos, entre los que decidimos destacar uno bastante peculiar que es Selaginella denticulata, que tiene un aspecto muy similar al de algunos musgos. Una de las protagonistas de este tramo es la zarza, una especie caracterizada por ser una arbustiva trepadora leñosa y con espinas a lo largo de su tallo, además de por sus frutos. Se ha identificado como Rubus ulmifolius, que presenta hojas trifoliadas (Bramwell y Bramwell, 2001). Sin embargo, parece que las avistadas tienen cuatro o incluso 5 hojas, por lo que las zarzas en esta parte de El Hierro pueden requerir de un estudio más profundo. En cualquier caso, esta especie, al contrario de lo que pueda parecer por su competitividad por el espacio, es probablemente nativa de canarias.

Frutos de I. canariensis a la izquierda y detalle de las hojas de R. ulmifolius a la derecha.

Tamus edulis (norsa)
En el porte herbáceo se vuelven a repetir especies de los primeros tramos de esta ruta: Galium aparine, Myosotis latifolia, Polypodium macaronesicum, Rumex maderensis, Urtica morifolia, Sonchus hierrensis y Pericallis murrayi. Esta última, endemismo herreño, va a convivir en esta zona con una especie introducida invasora: Oxalis pes-caprae. Se trata de una planta forrajera con unos pocos centímetros de altura, hojas el grupos de tres, flores amarillas y gran recubrimiento del suelo. Podemos señalar también un endemismo macaronésico que destaca por su naturaleza lianoide de tallo anual: Tamus edulis. Se caracteriza por sus hojas anchamente ovadas, así como por sus flores en racimo y sus frutos rojizo-anaranjados que no tuvimos la oportunidad de ver (Bramwell y Bramwell, 2001). Otras especies que encontramos en esta zona son Drusa glandulosa (pegajosa) y Davallia canariensis (batatilla, una especie de pteridofito que aparece más frecuentemente a partir de este punto.

Galactites tomentosa (cardo común).
En altura encontaremos una especie introducida no invasora: Eriobotrya japonica, conocida popularmente como nisperero y por tanto vinculada a la actividad humana. Con cierto carácter antrópico también encontramos Castanea sativa (castaño), que requiere de mayor atención al ser una especie introducida invasora. Según ArbolApp Canarias, esta especie alcanza los 30 metros de altura, a la vez que puede presentar troncos especialmente gruesos, que tiende a retorcerse y agrietarse a lo largo de su extensa vida. Al contrario que muchos de los árboles que solemos ver en Canarias (una excepción puede ser Salix canariensis), sus hojas son caducas, por lo que las pierden en su época desfavorable. Uno de sus rasgos más característicos sin duda es el erizo, la cubierta espinosa que guarda la castaña. También es destacable la aparición nuevamente de especies asociadas al monteverde y la laurisilva como Canarina canariensis y Carduus clavulatus. Sin embargo, entre los cardos va a terminar destacando el cardo común (Galactites tomentosus), especie nativa de las islas caracterizada –según la web flora de canarias- por sus hojas recortadas y espinosas con más o menos líneas blancas. El tallo también muestra espinas y termina en flores rosadas –que no tuvimos la oportunidad de ver- con capítulos pedunculados.



A partir de este punto distintas especies del género Aeonium comienzan a ganar protagonismo, destacando el caso de A. arboreum subsp. holochrysum, que recibe el nombre vernáculo de “sanjora”. Esta especie se asocia al antiguo A. holochrysum que fue considerada muy similar a A. manriqueorum. Se presenta en forma de arbusto ramificado con hojas espatuladas, tallo grueso y flores amarillas. El género Aeonium será muy frecuente en este tramo, sobre todo por sus cualidades rupícolas, aferrándose a las paredes de piedra donde no tiene competencia. Otra especie que se vuelve frecuente, ahora que los brezos son incapaces de cubrir todo y van perdiendo relevancia en cuanto a abundancia, es Hypericum canariense, conocido popularmente como granadillo. Este arbusto que alcanza los 2,5m con hojas lanceoladas y flores amarillas dispuestas en forma de panícula. Además, puede presentar frutos carnosos que se endurecen y se tornan marrones al madurar (Bramwell y Bramwell, 2001).

Aeonium holochrysum a la izquierda e Hypericum canariense a la derecha.


Al pasar la ruta cerca de una propiedad privada, es posible avistar especies bastante interesantes como: Dracaena draco, no demasiado frecuente en la isla; Echium hierrense, endemismo herreño; y Pelargonium inquinans, conocidos comúnmente como geranios.

El drago es una de las especies más icónicas de canarias a pesar de no ser un endemismo de las islas. Se caracteriza por su tronco grisáceo que puede ser bastante ancho, así como por sus hojas ensiformes (alargadas en forma de espada), sus inflorescencias terminales y sus llamativos frutos naranjas (Bramwell y Bramwell, 2001). El género Dracaena es considerado por algunos autores como otra de las especies que ayudan a explicar el fenómeno de la Rand Flora -al igual que Canarina canariensis al principio de la ruta- ya que se encuentran especies del mismo a ambas costas del Sahara (Marrero et al., 1998).

Echium hierrense, denominado ajinajo herreño o tajinaste herreño, es un arbusto compacto con hojas color verde apagado con forma lanceolada e inflorescencias de color entre rosado y azul estructuradas en forma de tirso (Bramwell y Bramwell, 2001). Sin duda la presencia de esta especie estaba ligada a una vivienda cercana y no se encontraron otros ejemplares de forma silvestre a lo largo de la ruta.

Por otro lado está el geranio, que consideramos debe ser Pelargonium inquinans, por lo que estaríamos hablando de una especie introducida invasora según la web flora de canarias. Este ejemplar estaba claramente ligado a una vivienda, sin embargo, se encontraba plantado en el borde del camino, en contacto directo con la vegetación asilvestrada, por lo que podría suponer un problema de cara a la lucha contra las especies invasoras.

Desde la izquierda: Dracaena draco, Echium hierrense y Pelargonium inquinans.

Ya de cara al final de la ruta encontramos especies como Asphodelus ramosus (batante abundante. Gamona), Rumex lunaria (vinagrera, o calcosa para los herreños. Endemismo canario), Kleinia neriifolia (endemismo canario), Chamaecytisus proliferus (endemismo canario), Silene vulgaris (tanto con flores blancas como rosadas), Bituminaria bituminosa (llamada generalmente tedera), una del género Brassica (de ser B. bourgeaui, sería un endemismo de las islas occidentales), Euphorbia lamarckii (tabaiba amarga, salvaje o higuerilla, infrecuente en las rutas realizadas y endemismo de las islas occidentales) y Pericallis murrayi. Nuevamente hacemos alusión a esta última especie, pero en este caso, más que destacar su presencia que ha sido continua desde la última vez, la intención es señalar que esta especie puede eventualmente presentar flores de color rosa en lugar de blanco, lo que puede dar lugar a confusiones.

Desde la esquina superior izquierda hacia la derecha: P. murrayi, B. bituminosa, B. bourgeaui, A. ramosus, E. lamarckii y K. neriifolia.

Opuntia maxima.
El entorno del tramo final de la ruta es una zona de interfaz urbano-forestal. Entre el monte y el núcleo de Frontera quedan abundantes espacios agrícolas, en gran parte abandonados, que albergan a especies invasoras como la tunera Opuntia maxima, una especie invasora ligada a la historia económica de las islas que se caracteriza –según la web Flora de Canarias- por su grandes palas carnosas (llamadas comúnmente pencas) de unos 40cm, sus flores anaranjadas y su fruto comestible, los tunos. La especie, presente en todas las islas del archipiélago, recibe también el nombre vernáculo de “chumbera”.

A raíz de la entrada en un área más urbana, comienzan a aparecer más especies invasoras y exóticas, como es el caso del mastuerzo, capuchina o marañuela (Tropaeolum majus). Para profundizar en las especies exóticas de los centros urbanos pulse aquí.



Mapa resumen de especies endémicas e invasoras destacables. Todas las endemicas son herreñas salvo S. hierrensis y B. sphaerocarpa, endemismos canarios muy relevantes en esta isla por su presencia y protección respectivamente.

Bibliografía

Bramwell, D. y Bramwell, Z. (2001). Flores Silvestres de las Islas Canarias. (4ª ed.). Editorial Rueda.
Perez de Paz, P. L. y Hernández Padrón, C. E. (1999). Plantas medicinales o útiles en la flora canaria. Francisco Lemus Editor.

Mairal Pisa, M. (2015). Macroevolución y microevolución en sistemas insulares: el patrón Rand Flora en el género Canarina.

Fernández-Palacios, J. M., 2009. 9360 Laurisilvas macaronésicas (Laurus, Ocotea) (*). En: VV.AA., Bases ecológicas preliminares para la conservación de los tipos de hábitat de interés comunitario en España. Madrid: Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino. 68 p.

Carmona, M. M. (1988). Eriophyes barbujanae n. sp.(Acarina: Eriophyidae).

MARRERO, A., Almeida, R. S., y GONZÁLEZ-MARTÍN, M. (1998). A new species of the wild dragon tree, Dracaena (Dracaenaceae) from Gran Canaria and its taxonomic and biogeographic implications. Botanical Journal of the Linnean Society, 128(3), 291-314.

El testimonio de Néstor Padrón, Samuel Padrón y José Javier Rodríguez, personal del Centro Ambiental El Creal.

https://endemicascanarias.com/index.php/es/allcategories-es-es/67-nativas/1214-morella-faya

https://www.arbolappcanarias.es/especies/ficha/pinus-radiata/

https://floracanaria.com/especies/polypodiaceae/Polypodium_macaronesicum.html

https://www.gobiernodecanarias.org/medioambiente/temas/biodiversidad/conservacion_de_especies/medidas-de-conservacion/otros_planes_y_actuaciones/pc-flora-el-hierro/

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http://www.floradecanarias.com/tamus_edulis.html

http://www.floradecanarias.com/galactites_tomentosa.html

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http://www.floradecanarias.com/pelargonium_inquinans.html

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